13 septiembre, 2013

No se que van a pescar los hijos de mis hijos.

Este verano he tenido el placer de pasearme por uno de esos pueblos pesqueros con encanto que salpican el levante Español. Para mí, ese encanto se rompe alrededor de las 17:30 horas, cuando los barcos pesqueros regresan a puerto. Vienen bastante cargados de pescado fresco, que van metiendo en cajas con hielo y entrandolos en la lonja donde, según parece, los cocineros de los muchos restaurantes del pueblo compiten por la mejor pieza.

Yo me he quedado hasta el final... cuando ya no queda nadie. Sí que queda, sin embargo, una enorme cantidad de peces muertos. Además de los peces, también pueden observarse varios animales de los que viven en el fondo (Estrellas de mar o esponjas), con lo cual, uno se puede imaginar el destrozo que provocan en todo el lecho marino al arrastrar por el mismo las redes. Peces, estrellas, esponjas, calamares... todos ellos acompañados de una enorme cantidad de basura, aceites, latas y restos de cualquier otra cosa que poco tiene que ver con el mar, Si uno observa a la gente que anda por ahí, se da cuenta de que a esa gente poco le puede importar toda esa mierda... porque no le da para más.

Y lo que yo he visto, lo puede ver cualquiera... así que si eso es lo que no les importa que veamos los demás... que será lo que tiren en alta mar?

No lo sé... pero sigo creyendo en una progresiva disminución de la flota pesquera a nivel mundial. Si no es así, poco a poco se aproxima el fin de los mares tal y como los hemos conocido hasta hace poco.

Y ahora, unas fotos que he tomado para que veais que no me invento nada :-)







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