10 julio, 2015

Crítica de Frank Cuesta a "Vaya Fauna", otra mierda de Telecirco.

Pase por delante de que estoy seguro de que no todos los adiestradores son como los que salen en el vídeo de Frank, faltaría más.

Algun adiestrador, como Tete Peralta,  se ha ofendido... y ha cargado contra Frank, quien no ataca a nadie en particular en su comunicado. En estos casos, se puede generalizar, porque si no generalizas, si no hablas en plural, los que salen perjudicados son los de siempre: Los débiles, los indefensos... los animales.

Así que por mí, Tete Peralta se puede ir a tomar viento con sus tigres y podría, de paso, dedicarse a echarle los huevazos que le echa Frank de la Jungla a defender a los que tanto se supone que Tete quiere.

Y ahora, el vídeo de Frank:


07 julio, 2015

La Salamandra en Peligro.

Cuando era niño y subía a las montañas, en ocasiones, aparecía ante mis ojos como algo mágico una pequeña salamandra. Me encantaba cruzarme con una de ellas. No era algo habitual, por supuesto, pues son animales bastante tímidos y escurridizos, pero me alegraba mucho cuando llegaba la ocasión. Sus colores, amarillo y negro brillantes, o verde o marrón y su aspecto como de otro planeta, las hacen únicas. 

Las que más recuerdo son las amarillas y negras. Amarillo que indica peligro, pues su piel emite una sustancia que mantiene alejados a todos sus depredadores. A todos menos a uno: El ser humano.

Pero hace años que no veo ninguna. 

Y no es porque ahora vaya menos al monte, es simplemente que casi no hay.

                                                      

En el mundo existen unas 650 especies de salamandras y al menos la mitad están en peligro de extinción. En España existen 11 especies, y ninguna de ellas prospera adecuadamente. 

Cada vez con más sequías, alteraciones de los cauces de los ríos o las charcas, cambio climático y todo empeorado por la acción del hombre (en muchos lugares las mataban por pensar que mordían o eran venenosas) no ayuda a que estos animales se desarrollen con normalidad. 

Andamos muy preocupados con la economía, los griegos, el coletas o la corrupción, pero a éstos, a los más débiles y a los que menos tienen que ver con toda esa mierda, a esos no los ayuda nadie. Es una pena porque se podría hacer mucho más. 

Los griegos, los comunistas, los corruptos, los alemanes, la deuda o la estupidez humana seguirán existiendo durante muchos, muchos años, pero las salamandras no estarán allí para contarlo.

         

02 julio, 2015

Dulce et decorum est Autor: Vicente Jiménez @Parnasillo

Dulce et decorum est de Wilfred Owen influyó en el pensamiento occidental de forma determinante tras la finalización de la primera gran guerra. A lo largo de ese infierno, un iluso Lenin estaba refugiado en Suiza mientras obreros alemanes e ingleses se despedazaban unos a otros en las trincheras. Eran aquellas trincheras enfangadas, húmedas, infectadas de parásitos, hediondas y productoras en serie de enfermedad, sufrimiento y muerte mucho antes de que cayeran los temidos obuses, silbaran las balas y el gas mostaza extendiera la peor de las muertes imaginable. De este dantesco espectáculo nos hicieron partícipes los poemas de un Owen testigo de primera mano, que lo sufrió en sus carnes. Entre tanto, las oligarquías planeaban el escenario del infierno cómodos en la retaguardia.
Eran esas mismas trincheras donde una legión de obreros de uno y otro bando compartían espacio con las innumerables ratas, pulgas, liendres, piojos y enfermedades que campaban por sus respetos. Eran esos mismos gases mostaza que reventaban los ojos y los pulmones de los obreros de uno y otro bando. Mientras, Lenin no daba crédito a sus ojos: el pobre creyó que los obreros ingleses y alemanes jamás se dispararían entre sí, después de aquel “trabajadores de todo el mundo uníos en la lucha”. Claro que él se refería a otro tipo de lucha y por otros motivos. El manifiesto comunista cayó hecho pedazos para un Lenin consciente de su primer gran fracaso. 
Yo acusaría a Tsipras y su panda de esa misma inocencia de la que hizo gala Lenin si los creyera inocentes. Yo acusaría de la misma inocencia a la Troika y su panda, si los creyera inocentes. Dicen los de un lado de esta caterva de criminales, tan criminales como los que enterraron a aquellos miles de obreros en el infecto cieno de las trincheras, que consultarán al pueblo qué hacer tras su enorme fracaso. Esa consulta equivale a cavar una trinchera de miseria y echarlos a todos adentro pues ¿no habéis sido vosotros los que prometíais henchidos de populismo que el maná era posible sin esfuerzo alguno? Y ese fracaso, evidente, calculado y cantado con el único objetivo de conseguir el poder por el poder tienen el cinismo de taparlo con una consulta realizada a los que crédulamente los eligieron esperando que cumplieran sus promesas. ¡Ay amigos! A conseguir el poder por el poder se le llama fascismo: así de simple. No existe peor crimen que disfrazar una dictadura de democracia. 
Dice esa caterva financiera del otro lado que hay que pagar una deuda; deuda que estaba calculada, constituía un fracaso moral y cuyo resultado final estaba también tan cantado como el de los populistas. A conseguir la riqueza por la riqueza se le llama avaricia. Tan pecado capital resulta lo uno como el otro. Tan repugnante a toda decencia es avariciar el poder por el poder como la riqueza por la riqueza.

No existe en toda una Europa liderada por socialdemócratas, ni ahora tampoco en unos EE UU gobernados por un socialdemócrata un solo hombre de estado, y es posible que si apareciese uno de verdad lo eliminarían como a Lincoln. Ni los de un lado ni los del otro, ni trotskistas ni populistas mencionarán jamás lo que constituye para ellos la verdadera bestia negra, porque para ambos el pueblo, esa sociedad civil carece de importancia alguna. Ninguno de ellos utilizará los medios de comunicación que ellos mismos controlan para mencionar ni una sola palabra sobre la libertad del pueblo. Libertad para tomar decisiones, libertad para equivocarse, enmendar y al final acertar. Preguntaron a Lincoln cómo iba a darles la libertad a los negros si no iban a saber qué hacer con ella, y éste respondió: “cuando la tengan veremos...”  Bien, pues cuando la sociedad civil tenga la libertad colectiva veremos qué hace con ella.

Hay vidas que no son vidas. Sólo son el fantasma de una ilusión. / There are
lives that are not lives. Only the ghost os an illusion. Autor: @novomedinilla
                        
Lo fácil es enterrar en la miseria a los trabajadores, a esa clase media que trabaja para ofrecer una vida digna a los suyos. Lo fácil es enterrarlos en deudas tan enfangadas como aquellas trincheras y después exigir el sacrificio a esos trabajadores, pero nunca a las corruptas oligarquías que los han metido allí. Lo fácil es halagar al pueblo como hacen todos los populistas prometiendo que con ellos caerá un maná del cielo; maná que los dirigentes saben jamás llegará. Lo fácil es ante un fracaso total hacer creer al pueblo que fueron ellos quienes tomaron las decisiones montando en el momento apropiado un plebiscito tan mortífero como uno de aquellos obuses que caían en las trincheras haciendo saltar por los aires miembros “miembras”.., despedazando a trabajadores. Lo fácil es desmembrar a los trabajadores con una pregunta envenenada cuando ellos jamás han tenido opción de poder decidir ni elegir nada. Tsipras, Podemos, Troika, gobernantes de Europa, oligarcas., ¡el mundo es vuestro!  Enterradlos a todos en el barro de las trincheras y formad un ejército de zombies esclavos. Trabajadores, soldados, llega el gas mostaza... En forma de zombies... Dulce et decorum est...
Vicente Jiménez
@Parnasillo