Desahucios.

El tema de los desahucios es arto complicado.

Es un tema lamentable, y me gustaría no haber tenido que hablar nunca de él. No deberíamos haber llegado hasta aquí, pero lo estamos… Y ahora toca pensar cómo salimos de esta. 

Porque la tristeza y la angustia de las familias (los niños no tienen culpa de nada) que han llegado, de una manera o de otra, a una situación tan complicada estan ahí, y eso no le gusta a nadie. 

Nadie debería vivir en la calle, nadie.

                                     

Pero el mundo lo hemos hecho mal. Y no se me ocurre como podía haber sido de otra manera… porque siempre estarán los envidiosos, los pordioseros y, con perdón, los hijos de puta buscando a su próxima víctima.  

Pero repito: aquí estamos y esto es lo que toca señores. 

¿Por qué te dejaste engañar así? ¿Por qué no pensaste más las cosas? ¿Fue soberbia? ¿Fue ignorancia? ¿Fue chulería? Codicia, tal vez? Fuese lo que fuese, estás hasta arriba de deudas y no las puedes pagar. Y además ya eres mayor; nadie va a querer pagar por tí. 

Yo cotizo a la seguridad social, pago mis impuestos, me sabe malo cuando me preguntan “¿Te hago factura?”, no me he hipotecado nunca y vivo de alquiler. Yo no inflé la burbuja inmobiliaria, no fui yo… Y ahora me va a tocar pagar por todos aquellos que sí lo hicieron. Y encima, para colmo, muchos de ellos son unos cabrones sin escrúpulos que solo han querido enriquecerse (y vaya que si lo han hecho) a costa de la ignorancia de los demás. 

Se debe dar más tiempo, proponer soluciones y sobretodo estudiar por separado cada uno de los casos (ahí es nada)… pero la deuda que debes, la pagas. 

Y tú, si engañaste, estafaste y te enriqueciste por ello, también deberías pagar. 

Por todo esto he empezado esta entrada diciendo que el tema de los desahucios es arto complicado.