El planeta Tierra es un lugar maravilloso. Nosotros, nada más que polvo de estrellas.
Hace 4500 millones de años se formó un pequeño planeta alrededor de una estrella muy normal y a partir de entonces sucedieron cosas maravillosas. La más misteriosa de ellas fue la aparición de la vida, hace 3600 millones de años. Desde entonces, la carrera de la vida no ha parado. La evolución de las especies alcanza uno de sus mayores éxitos hace unos 7 millones de años con la aparición de algo diferente: El Ser Humano. Es diferente, pero no es tan especial. Es, como ya he dicho, polvo de estrellas.
Somos una especie más entre millones. Y aunque cada uno de nosotros nos sintamos especiales, no somos más que uno más entre 7000 millones de seres humanos. Nada más que eso. Un ser insignificante en un pequeño planeta. Un ser que se cree el amo y señor de ese punto azul.
Tratamos a las demás especies como si fuéramos sus dueños, y no lo somos en absoluto. Nos creemos superiores a todo lo que nos rodea, y tampoco.
Debemos proteger a los más débiles, ayudar a los indefensos y velar por la seguridad de los que no pueden valerse por sí mismos. Hablo de los animales. Ellos no tienen la culpa de nada de lo que les hagamos padecer.
Deberíamos preocuparnos más por ellos. No pido recoger a todos los perros que veamos por la calle y llevárnoslos a casa. Hablo de todos los animales en general. Hay muchas asociaciones por todo el mundo que ayudan a animales concretos, muchos de ellos en peligro de extinción. Hay muchas asociaciones de perros y gatos. Hay muchos animales, en nuestros parques nacionales, que necesitan nuestra ayuda. Todo el mundo puede aportar algo, de alguna manera. Solo es cuestión, como casi todo, de VOLUNTAD.
Dejo aquí algunos enlaces a entradas sobre animales que he escrito en el pasado, para que les eches un vistazo y te intereses por ellos:
- Tiburón
Esta entrada va por tí, Ana Patricia.
Descansa en Paz.
Somos #RED.
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