- La primera gran virtud del hombre fue la duda y el primer gran defecto la fe.
- Alguna gente piensa en Dios imaginándose un hombre anciano, de grandes
dimensiones, con una larga barba blanca, sentado en un trono en algún
lugar ahí arriba en el cielo, llevando afanosamente la cuenta de la
muerte de cada gorrión. Otros —por ejemplo, Baruch Spinoza y Albert
Einstein— consideraban que Dios es básicamente la suma total de las
leyes físicas que describen al universo. No sé de ningún indicio de peso
en favor de algún patriarca capaz de controlar el destino humano desde
algún lugar privilegiado oculto en el cielo, pero sería estúpido negar
la existencia de las leyes físicas.
- Si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No encontrarás a nadie parecido en cien mil millones de galaxias.
- Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la
tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye
una fórmula segura para el desastre.
- Hemos hecho un trabajo tan pésimo en lo que respecta a administrar
nuestro planeta que deberíamos tener mucho cuidado antes de tratar de
administrar otros.